Va a hacer un año desde que en la Obra Social nos lanzamos a esta aventura: una nueva sede. Recorrimos Madrid con el calor de la ilusión en el corazón y el del sol de agosto en las coronillas, buscando un local donde poder asentarnos. Cuando ya parecía que no íbamos a encontrar un sitio que nos sirviera y pudiéramos permitirnos, apareció: estaba en Plaza Elíptica, una zona bastante desfavorecida entre Usera y Carabanchel, y nos venía de perlas. Y empezamos…
Ha sido un año de obras, nuevos proyectos, corre-corres de un lado a otro (digámoslo todo…), anécdotas divertidas y, sobre todo, rostros. Los de los voluntarios que, generosamente, entregan su tiempo sirviendo a otros; los de las personas que llegan por primera vez a España y vienen buscando una mano amiga, los vecinos que pasan a ayudar o simplemente a saludar… Son personas maravillosas que merecen que su historia, sus pequeñas historias, sean contadas. Por eso estamos aquí.